Noel Sanvicente, el técnico de Caracas y el gran formador del fútbol venezolano
Hizo un culto, durante toda su carrera, al estudio. Cree que las prácticas sirven para que el futbolista tome decisiones en la cancha. "Yo creo en el trabajo", aclara
Noel Sanvicente no reniega de que le digan formador. A Marcelo Bielsa y Pep Guardiola -dos de los que sugiere como los mejores-, tampoco les molesta. Aunque dirija en Primera División desde 2002, a él le gusta que lo piensen como un educador. Su cosecha en el fútbol venezolano se ve por todos lados: alcanza con analizar el crecimiento de los últimos diez años de la Selección vinotinto para entender su importancia. Es que empezó a estudiar a los 20 años, cuando todavía era futbolista. Es que sigue estudiando. Por eso, no duda en declarar: “A mi eso de declarar que hay que poner huevo antes de un partido no me convence porque yo creo en el trabajo y no en dejar las cosas a la buena de Dios”.
Sanvicente, de 54 años, es el entrenador más ganador de la historia del fútbol venezolano. Tiene ocho títulos, seis con Caracas y dos con Zamora. Junto a César Farías, son los más famosos en el mercado de la vinotinto. Su impronta ha modificado el nivel de un país que, cada día, es más grande. En eso, el entrenador de Caracas, que este martes disputará un partido clave contra Melgar por la ida de la Fase 3 de la CONMEBOL Libertadores, es fundamental por su nivel de estudio.
Cuando hizo el curso de entrenador, en Venezuela alcanzaba con cuatro presencias a clase y ya. Para él no fue suficiente. Decidió viajar por el mundo para aprender. Conoció canchas en Brasil, en Argentina, en Europa. Sacó pautas modernas determinantes. Una de ellas es el desafío intelectual al jugador. El valor cognitivo de cada ejercicio: “Yo no quiero que vengan a un entrenamiento solo por cumplir, sino que lo que se haga en cada pauta les quede, que les agrade, que disfruten porque esa es la mejor manera de convencer al futbolista. Cuando eso pasa es que se llega a la comprensión del entrenamiento, o por lo menos se hace mucho más sencillo entender las razones de cada instrucción”.
Su salto a la fama internacional lo dio, en 2007, cuando Caracas le ganó a River un partido clave por la fase de grupos: venció 3-1 y dejó afuera a aquel equipo millonario que tenía en el mediocampo a Fernando Belluschi, a Augusto Fernández y a Leonardo Ponzio. Desde ahí, su método empezó a tomar envión.
Más allá de que Sanvicente sea un obsesivo del trabajo, no se trata de un personaje que crea en la obsecuencia del futbolista. Todo lo contrario. Asume que el trabajo de la semana sirve para construir un método por donde moverse. Eso determina que el jugador tome decisiones. Esa libertad la valora muchísimo: “Yo necesito de entrenadores dentro de la cancha, de futbolistas que tomen decisiones. Hay muchos futbolistas que son muy buenos tácticamente, pero les hace falta reconocer cuándo deben salirse de esa manta protectora e intentar algo distinto. Es positivo que un jugador cumpla con el plan original, pero es magnífico cuando un futbolista se sale de ese plan. Para eso está la rutina y la planificación de la semana, en la que uno le puede ir señalando al futbolista lo que está sucediendo y alimentarle el deseo y la voluntad de tomar riesgos”.
Redacción Copalibertadores.com